sábado, 16 de octubre de 2010

Mi soledad y yo

Hoy, un poco por casualidad me encontré con esta frase de Sara de Ibáñez: "Óyeme ahora: mira en tu soledad una abeja dormida, que elabora en el sueño su miel sin alegría"...

El caso es que yo no sé si tengo una abeja, dos, tres o un panal entero dentro de mi soledad, sin alegría, adormecidas e incluso drogadas que no me dejan fabricar la dulzura de la miel de mi esencia, o si en su defecto mi soledad está repleta de gusanos que llenan de mierda o se comen todo lo bueno que pueda quedar dentro de mí. Lo que está claro, es que aquí y ahora mismo, mi soledad sea de la forma que sea resulta venenosa.

Dicen que lo bueno de "caer" es que aprendemos a levantarnos. Supongo que es cierto, pero cuando caes día sí día no el esfuerzo de ponerse en pie va haciéndose más complejo. No basta con la experiencia, hace falta voluntad y empeño, características que en mí comienzan a debilitarse...

En teoría la vida en general y la personal de cada uno tiene un sentido. Pues bien, yo hace tiempo que perdí ese sentido y no consigo encontralo, de hecho hay veces que ni me apetece buscarlo.

Me siento más sola que la una. Hace semanas que no me tomo ni tan siquiera un café con una amiga, o mantengo una charla de teléfono amena. Y soy consciente que la única culpable de eso es una sevidora. Sólo haría falta pronunciar las palabras "os necesito" y no os voy a engañar y decir que me saldrían amigos hasta de debajo de las piedras, pero los míos, los más grandes, si darían la cara, y por su puesto su mano.

Pero tampoco quiero "necesitar". Porque necesitar de alguien me parece una exigencia lícita por mi parte, al igual que los demás a veces también necesitan de mí, pero me da miedo "necesitar", aunque realmente "necesite"... No sé, también necesito a LOVER por ejemplo, y me jode, me jode mucho.

Me jode porque sé de sobra que no hay nadie que sea indispensable en nuestras vidas. Hay gente que se aleja de nosotros, o que incluso fallece, y a pesar de ello los demás con más o menos tiempo de margen siguen con sus vidas.

Supongo que la mejor época de mi vida fue la que compartí con LOVER, pero dejando eso a un lado, creo que los mejores momentos los viví cuando no había nadie ni en mi cabeza ni en mi corazón, cuando no estaba enamorada de nadie, cuando me centraba en mí y sólo en mí, tanto en obligaciones como en ocio, cuando era feliz estudiando o trabajando, cuando mi salud rebosaba, cuando salía con mis amigos a menudo con la mejor de mis sonrisas y dispuesta a quemar noches que amenecían con cenizas de plena felicidad.

Pero lo cierto es que de aquella Perla queda poco, por no decir nada... Y lo que es peor, no sé si algún día llegará a ser la cuarta parte de lo que fue.

3 comentarios:

  1. El cambio está únicamente en ti, nadie va a poder recogerte si tú antes no has querido levantarte, así como tampoco puedes aferrarte a nadie para que te levante. Tus amigos van a estar ahí para darte una mano, pero antes tienes que haber querido que te cojan esa mano...

    Tú eres esa Perla... sólo que te has escondido y no te da la gana de salir, pero estás ahí. Levántate, despierta, sal, crece, anda...

    Ánimo, tú puedes!!

    Besicos

    ResponderEliminar
  2. A veces es necesario necesitar ¿no? hoy por tí y mañana por mí, no es sano estar días y días sin quedar con nadie

    Si no lo haces por tí hazlo por tu gente, tus amigos y tu familia

    Ánimo

    Besos

    ResponderEliminar
  3. Sabes? yo soy muy como tu, te entiendo, pero seguro que a ellos no les hace gracia verte así, eso tampoco es justo, piensalo. No lo es.

    ResponderEliminar